Un museo en su ciudad natal mezcla pasado y presente, tanto en el edificio, como en las colecciones que se exponen. Hacemos un recorrido por la trayectoria y vida del arquitecto de la Alta Costura
Por ROXANA IBAÑEZ
A primera vista encontrarse con la bravura del Mar Cantábrico a la entrada de Getaria ya es una invitación a descubrir un poco más de este pueblo costero del País Vasco. Getaria es pequeño y acogedor, pero con mucha historia que contar, personificada en dos grandes nombres: Juan Sebastían Elcano, el primer navegante en dar la vuelta al mundo; y el modisto y creador de moda, Cristóbal Balenciaga.
Así de mítico es este lugar, cuna de grandes y como tal lo expone con orgullo. Basta con mirar a la parte alta de la población desde la carretera que corta por el medio para encontrarse con un imponente y llamativo edificio: se trata del Cristóbal Balenciaga Museoa, un espacio grande como el talento del modista español que revolucionó la silueta femenina, envolvió el cuerpo con volúmenes e introdujo el alma española en la Alta Costura.
‘La fortaleza’ de Balenciaga, de entrada, resulta muy llamativa con una vanguardista construcción de cristal adosada a un palacete del siglo XIX, no por pura casualidad. Es el Palacio Aldamar, el que fuera residencia de los Marqueses de Casa Torres, abuelos de la reina Fabiola e impulsores de los inicios del modisto vasco.
Creatividad e irreverencia
Adentrarse en el museo es conocer más del mundo de Balenciaga, salpicarse de la creatividad, innovación, irreverencia y perfeccionismo del arquitecto de la Alta Costura, aquel que aprendió a coser a los 12 años y que dibujaba patrones para distintos tipos de cuerpo, demostrando de alguna manera que cualquiera podía verse bien con su ropa, “Una mujer no tiene necesidad de ser perfecta ni bella para llevar mis vestidos, el vestido lo hará por ella”, decía.
Tres espacios transportan a las distintas etapas de la vida del modisto. Eso sí, para iniciar la visita es recomendable mirar primero el vídeo que se expone e introduce al mundo de uno de los modistos más influyentes del siglo XX. Es una parada obligatoria para entender más a fondo lo que se viene cuando se sube al segundo nivel del edificio.
«Una mujer no tiene necesidad de ser perfecta ni bella para llevar mis vestidos, el vestido lo hará por ella», Cristóbal Balenciaga
Una vez visto el audiovisual es recomendable seguir el orden crónologico de la exposición que inicia bajo la tématica De los comienzos a la consolidación. La siguiente sala hace un repaso por El reinado indiscutible de Balenciaga y cierra, con broche de oro, La técnica de Balenciaga: el legado. Son más de 2.000 las piezas que custodia el Museo y se exponen 60 de manera rotatoria en los tres espacios entrelazados pero separados en función de criterios temáticos.
La exposición que aspira a ser el mejor desfile de la obra de Balenciaga abre el telón con un traje sastre en bengalina de lana negra y cuello de guipir ( el más antiguo que se conserva). Este diseño y los que continúan reflejan el dominio del modisto con el arte de la satrería.
Vestidos de novia, abrigos y trajes de noche se funden con el sello del maestro, en sus creaciones que desde el principio se destacaron por su sobriedad, audaces combinaciones de colores o la inspiración española de sus modelos, ese carácter español que agregaría a su extensa producción de moda, como la bata flamenca de cola, encajes y mantillas o el traje de luces de los toreros con bordados y pasamanería. Asimismo, la sobriedad de la indumentaria religiosa y las tradiciones populares.
Los años dorados
El recorrido por la segunda sala invita a revivir los años dorados de la trayectoria de Balenciaga. Allá en los años 50 y 60 en los que logró una de las mayores contribuciones a la moda femenina del siglo XX con la definición de una nueva silueta. Fue la ruptura de lo establecido que cobró vida con la liberación del cuerpo de la mujer a través de volúmenes sorprendentes y líneas fluidas.
Foto: Cristóbal Balenciaga Museo
Caminar sobre este escenario y ver sus creaciones innovadoras como el traje túnica, la línea saco o el vestido baby doll, es transportarse a la genialidad del modisto vasco que hizo que otros diseñadores, críticos y la realeza se rindieran unánimemente a su sobriedad, dominio y perfección.
Una época apasionante
Llegar al tercer espacio es dar otro giro a la historia de Balenciaga. La exposición introduce recursos modernos como proyecciones para mostrar la perfeccionada técnica del modisto, que siguen tan vigente como cuando la utilizó por primera vez.
Darle la vuelta al mundo de Balenciaga sirve para darse cuenta de su atemporalidad. Los años de Cristóbal Balenciaga coincidieron con una apasionante época de la moda, pues vivió con intensidad la incipiente liberación de la mujer tras la Primera Guerra Mundial.
Un genio prematuro

Nacido en Getaria, en la provincia de Gipuzkoa, el 1 de enero de 1895, de padre pescador y madre costurera, Balenciaga fue un genio prematuro. A los 13 años abordó a la marquesa de Casa Torres (para quien cosía su madre) y le propuso hacerle una copia del modelo que llevaba. El resultado se puede adivinar, pues marcó el inició de una carrera que lo convertiría en uno de los personajes más respetados del mundo de la moda.
Colorista y a la vez apasionado por el negro, visionario y discreto, Balenciaga vigilaba con tesón su vida privada. A sus 22 años abrió su primer establecimiento en San Sebastián, la capital guipuzcoana, que tendría su continuidad en Barcelona y Madrid. La realeza y la aristocracia se rindieron a sus inspiraciones.
La Guerra Civil Española le obligó a bajar la persiana de sus tiendas y emigrar a París, donde inauguró su primer taller. En 1937 constituyó la sociedad Balenciaga junto a Nicolás Bizcarrondo y Wladzio d’Attainville. Además de socio, d’Attainville fue su pareja sentimental. Los siguientes años su talento se expandió y su sello lo llevó a recibir llamadas de la Reina Fabiola de Bélgica (de la familia de la marquesa de Casa Torres) o de actrices como Marlene Dietrich o Greta Garbo.
El retiro en Getaria
Cristóbal Balenciaga volvió a Getaria años antes de su muerte, el 24 de marzo de 1972, donde fue enterrado en el pequeño cementerio. En 1968 había cerrado sus tiendas y se había retirado porque estaba convencido de que «la alta costura estaba herida de muerte”.
La localidad costera todavía conserva su encanto para el visitante. Sigue siendo un puerto pesquero de intensa actividad en el que comer un buen rape a la brasa es casi obligatorio al igual que un buen brindis con txakoli (vino blanco), mientras se revive la historia de grandes personajes, se disfruta del paisaje y se admira su cultura.
Getaria en tres pasos
Fotos: espanafacinante.com/ Roxana Ibañez
Cómo llegar. Getaria está a unos 30 kilómetros de San Sebastián. Hay transporte público pero es más aconsejable el coche privado.
Qué ver. El Museo Balenciaga y la estatua de Juan Sebastián Elcano. Recorrer las callejas del casco viejo con la iglesia de San Martín, y el paseo marítimo y el mar cantábrico que atrae a surfistas desafiantes de las olas.
Qué hacer. Comer un buen pescado a la brasa y degustar los buenos vinos y productos de mar. Pasear por la senda de cinco kilómetros que recorre el litoral hasta Zarautz.
Guía para celebrar los 100 años del primer negocio de Balenciaga
En 2017 se celebra el centenario de la apertura del primer negocio de Cristóbal Balenciaga en San Sebastián y el 80 aniversario de su establecimiento en París. Por dicho motivo hay una serie de actividades en el Cristóbal Balenciaga Museoa y otras ciudades del mundo que también rinden homenaje al gran maestro de la moda.
Cristóbal Balenciaga Museoa – Getaria
Se realiza la exposición Collecting elegance. Rachel L. Mellon’s legacy, dedicada a Bunny Mellon, la cliente internacional más relevante de Balenciaga. La exposición está dirigida por M. Hubert de Givenchy y girará en torno a la colección textil y documental de Mrs. Mellon. Rachel Lowe Lambert Mellon (1910-2014), conocida como Bunny, fue una de las grandes damas de la burguesía norteamericana del siglo XX. Filántropa, coleccionista de arte, diseñadora de jardines ( incluyendo los de la Casa Blanca), fue amiga personal de la familia Kennedy y esposa del gran mecenas Paul Mellon.
La exposición fue inaugurada este 26 de mayo y estará abierta hasta el 25 de enero de 2018. Cuenta con 90 piezas de indumentaria, bocetos originales, complementos, fotografías y otra documentación. Muchas de estas piezas no se han expuesto nunca antes.
Palais Galliera – París
El Museo Municipal de la Moda, más conocido como Palais Galliera, realiza la exposición “Balenciaga, l’oeuvre au noir”. La exhibición depende del Galliera pero se realiza fuera del recinto, en el Museo de Bourdelle. La muestra cuenta con 70 elementos que hacen repaso a los trajes del diseñador con predominancia del color negro. Está abierta hasta el 16 de julio de 2017.
Victoria & Albert Museum
La exposición Balenciaga: Shaping Fashion examina la obra del vasco en toda su extensión. Cuenta con más de 100 prendas elaboradas por el modisto. Se divide en tres secciones: el salón, el taller y el legado de Balenciaga. Es la primera exposición dedicada al maestro de la moda en el Reino Unido. Estará abierta hasta el 18 de febrero de 2018.
Un comentario en “Una vuelta al mundo de Balenciaga”